Hasta que salimos del desvente de Sant Vincent, navegamos a motor, y en cuanto dejamos la isla, alisio entra con fuerza, rizamos la mayor y sacamos trinqueta, vamos rápido y bien hacia los dos pitones de Sta. Lucía.

SON ESPECTACULARES.

Tenemos una aproximación a Sta Lucía de película: Nos viene a recoger un efebo de cuerpo perfecto en su barca roja sangre que nos dice alto y claro: Wellcome to the paradise, please follow me and I will give you the best place and anything you want!! I am Eboo". Le seguimos y se nos lanza otro chubasco cálido estupendo tras el cual se abre el arco iris: la puerta del paraiso. Esto empieza a ser sospechoso jaja. Una preciosidad, estamos boquiabiertos, el lugar es espectacular.

Cojemos boya y quedamos que mañana por la mañana nos lleva a las termas del volcán. Pero tiene que ser rápido, ok ok. Está dispuesto a todo.

El baño es espectacular, está anocheciendo pero nos da tiempo a darnos un buen baño, en cualquier roca hay maravillas.

Resulta que estamos en una bahia casi privada donde está instalado un resort 5 estrellas llamado Sugar beach. Mucho lujo, para turistas americanos. Pues nosotros todo chulos allí nos metemos. Pedimos unos cockteles "on the beach" y despues pretendemos entrar en el restaurante sin zapatos. No no, sin zapatos no podemos entrar... Mmm, bueno, bueno, al final nos dan una mesa en el bar y pagamos 70 euros cada por una comida nada maravillosa. Pero vale la pena ver el lujo, las piscinas, a los ricos, las habitaciones bungalow, los jardines. Nos reímos, por la sensación de estar fuera de la pecera. Cuesta muchos euros a la semana. Nos paseamos entre los bungalows y por los jardines. Tope lujo. Así es el caribe, taxis furgo de 18 people dentro y resort super lujo.

Nos volvemos al barco. Nos reimos. Hacemos fiesta en el barco con Jack Sparow, nos bebemos la botella, nos bañamos por la noche, hacemos música, con estrellas fugaces y los pitones en el cielo.

Tambien hay barcos de lujo. Claro.

A la mañana siguiente despertar y bucear. A las 7.30 nos vienen a buscar para ir a las termas. 

Pero tenemos que hacer la entrada en el país. Vamos a la bahía de al lado, al pueblo de Soufriere. Vaya diferencia de una bahia a otra. El problema es que la persona funcionaria que debe hacer la entrada no está, y empezamos a perder tiempo. Empiezan los nervios, nos hacen esperar. Al cabo de media hora llega. Y nos pide más cosas ademas de los pasaportes, la salida del anterior país. Me lo he dejado en el barco. La cosa se empieza a complicar y decidimos dejarlo y zarpar con gran tristeza de nuestro guia Eboo al acual al final le damos casi el mismo dinero que si hubiéramos hecho la excursión. Pero nos tenemos que ir para no arriesgar a llegar de noche.

La verdad es que el sitio tiene muy buena pinta, alegre y limpio. Pequeño.

Nos vamos. Hasta pronto Sta. Lucía.